Comillas, Cantabria
Es una obra de Antonio Gaudí, del siglo XIX. Su estilo modernista experimenta en esta ocasión la fusión entre música y arquitectura llegando a alcanzar en este edificio un efecto nuevo. Mezcla elementos arabescos (azulejos, ladrillo visto...) con neo-gótico y formas arborescentes. Destaca una torre cilíndrica que está decorada con cerámica que representa girasoles. También son importantes sus vidrieras, en las que aparece la referencia a la música y la naturaleza (animales tocando diferentes instrumentos). En cuanto a la ornamentación, Gaudí decora con hierro en un intento de romper moldes. En la actualidad es un restaurante.
Edificio «El Capricho» de Gaudi
Comillas
Declarada Bien de Interés Cultural / 1969
Entre los magníficos edificios que conserva Comillas, tal vez el mas conocido internacionalmente sea este del Capricho, obra de juventud del genial arquitecto catalán Antonio Gaudí. Encargado por Máximo Díaz, concuñado del Marqués de Comillas, el Capricho se integra perfectamente con el parque circundante de Sobrellano, lugar donde también se encuentran el espectacular Palacio de los Marqueses y la capilla familiar.
El Capricho fue proyectado en 1883 por el entonces joven arquitecto Antonio Gaudí Cornet, el mismo año que comenzaba su primera obra, la casa Vicens, y que se le encargaba el templo de la Sagrada Familia.
Nacido en Reus en 1852, fue un hombre de carácter difícil e introvertido. Su gran imaginación e innata capacidad para ver los objetos en el espacio y su aplicación al estudio de la naturaleza, le permitió la utilización de nuevos sistemas estructurales y la interpretación de personales formas decorativas basadas en la luz y el color. Murió, atropellado por un tranvía, el 10 de junio de 1926.
El encargo de la quinta de recreo partió de Máximo Díaz Quijano, un ilustrado y rico indiano, cuya hermana Benita, se casó con Claudio López y López, hermano de Antonio, primer Marqués de Comillas.
Todavía se discute si Gaudí estuvo en Comillas para conocer el terreno donde se levanta el Capricho. Lo cierto es que la dirección de la obra la encargó a su amigo y compañero de promoción Cristóbal Cascante Colóm, al que se supone en Comillas a partir del año 1882, encargado también de la dirección de los proyectos de Juan Martorell para el palacio de Sobrellano, su capilla y el Seminario Pontificio.
El Capricho. En este nombre del edificio podemos encontrar algunas de las claves de su estilo. Es posible que Gaudí se inspirara en esta expresión aplicada a un fragmento musical, para hacer variaciones de ritmo rompiendo con gracia la observancia de las reglas, hasta tal punto, que algunas de sus líneas poseen calidades surrealistas. En él, combina y adapta formas y elementos hispano árabes -como la utilización de la azulejería, el ladrillo visto o la característica torre cilíndrica totalmente revestida con el repetido adorno cerámico de la flor de girasol-, con motivos neogóticos y una profusa utilización del hierro en las decoraciones, en búsqueda de una ornamentación totalmente nueva.
El original intento de integrar música y arquitectura, culmina en los cinco huecos de la fachada principal, con ventanas de guillotina cuyos contrapesos son tubos de metal que emiten notas musicales al practicarlas. En una de esas ventanas, se conservan dos vidrieras de colores, con un pájaro en actitud de tocar un teclado y una libélula pulsando una guitarra.
Desde enero de 1992, el edificio es propiedad del grupo japonés Mido Development Co. Ltd., el cual mantiene en su interior un restaurante con el nombre de "El Capricho de Gaudí".