Conchita González, una de las videntes de Garabandal, recoge en su «Diario» esta oración que ella escribió el 1 de enero de 1967.
Les ofrecemos esa antigua oración a las almas del purgatorio que los hoy mayores de San Sebastián de Garabandal aprendieron de la boca de sus mayores, y con la que —generación tras generación— han acudido en auxilio de las almas de sus familiares y amigos sufrientes en el purgatorio. Ojalá esta oración nos ayude a interiorizar a nosotros mismos esta importante enseñanza: cada una de nuestras palabras, acciones y omisiones tienen resonancias eternas. Nadie entra en el Cielo sin antes haberse purificado perfectamente. Y es una obra de misericordia rezar por las almas del purgatorio. Difundamos esta oración. Un día podemos necesitar que la recen por nosotros.
El sencillo «Mes de Mayo» de Garabandal, a pesar su lenguaje un tanto antiguo, rezuma amor a la Virgen, confianza y admiración hacia Ella. Se lo ofrecemos a través de este audio, con el deseo de que a todos nos ayude a crecer en la intimidad con nuestra Madre del Cielo.
El 13 de mayo, la Virgen María, bajó de los cielos a Cova de Iría. ¡Ave, Ave! ¡Ave María! ¡Ave, Ave! ¡Ave María! De vuestros hijitos, oh, Madre, escuchad, la tierna plegaria y dadnos la paz. ¡Ave, Ave! ¡Ave María! ¡Ave, Ave! ¡Ave María!
¡Oh, Virgen María! Con tu manto azul, tu vestido blanco y tu gran virtud. ¡Ave, Ave!, ¡Ave María! ¡Ave, Ave! ¡Ave María!
Las modas te arrastran al fuego infernal, vestid con decencia si os queréis salvar. ¡Ave, Ave! ¡Ave María! ¡Ave, Ave! ¡Ave María! ¡Oh, Virgen María! Tus ojos fijad en los corazones del mundo humano. ¡Ave, Ave! ¡Ave María! ¡Ave, Ave! ¡Ave María! ¡Oh, Virgen María!
¡Oh, Virgen María! Flores te traemos, el Santo Rosario a ti te ofrecemos. ¡Ave, Ave! ¡Ave María!
¡Oh, Virgencita del Carmen, cuánto gusto nos has dao, con aparecerte a nos, con tu Niño tan salao!
Hombres, mujeres y niños, rezad el santo rosario, para allá en el otro mundo, hallar el eterno descanso.
La Virgen nos ha avisado, con esta ya van tres veces. ¡Ay, Virgencita del Carmen, qué pena nos da la muerte!
Seguid, cristianos, a la Virgen, con humildad y fervor, pedidla nos haga un sitio, en la celestial mansión.
Hombres, mujeres y niños, ya sabéis nuestro mensaje, la Virgen quiere se cumpla, para bien de los hogares.
Las niñas rezan varias oraciones en éxtasis - Padre nuestro, Ave María.
Conchita reza el acto de dolor en éxtasis.