Día 12
Del himno “Akáthistos” a la Madre de Dios:
"Salve, de fe inconcuso cimiento;
Salve, fulgente estandarte de gracia.
Salve, por ti es despojado el averno;
Salve, por ti revestimos la gloria.
Salve, ¡Virgen y Esposa!".
De los santos:
"Es menester permanecer en el corazón de María con complacencia, reposar en él en paz, apoyarse en él con confianza, esconderse en él por seguridad, y darse a él sin reserva, a fin de que en este virginal seno el alma sea bien alimentada con la leche de su gracia y de su misericordia maternal" (S. Luis Mª Grignon de Montfort).
Para meditar:
Piensa cómo este corazón, en el que estás invitado a reposar para encontrar paz y seguridad, es el corazón de una Madre que fue traspasado de dolor al ver morir a su Hijo divino en la cruz por nosotros. Contempla este corazón traspasado por la espada. Pídele perdón por las veces que has aumentado su sufrimiento por tus pecados o por no acoger la salvación que viene de Dios.
Propósito:
Hacer pequeños actos de reparación por todas las ofensas que recibe el corazón inmaculado de María, ya sea con la oración u ofreciendo algún sacrificio.